LIDERAZGO FEMENINO EN LAS EMPRESAS
Largamente postergadas del ejercicio del liderazgo, las mujeres hemos interrumpido con fuerza en la gran tarea de dirigir y de liderar, no sólo nuestra propia vida sino las empresas, nuestro entorno y participamos activamente en la toma de decisiones políticas.
Hemos incluido en las características del liderazgo valores como la intuición, la inteligencia emocional, la escucha, la empatía y hemos constituido eso que se llama el estilo del liderazgo.
Muchas personas creemos que los grandes cambios y las transformaciones en nuestro crecimiento personal, vienen de cosas de fuera, es decir por eso nos apuntamos a cursos donde aprendemos técnicas de hablar en público, técnicas también para tener carisma, obtener influencia nos olvidamos claramente que a veces el trabajo tiene que ser interior y viene de dentro hacia afuera, nada ejemplifica esto más que el liderazgo femenino, porque muchas veces hemos tenido que romper grandes paradigmas que constituyen muchas creencias, para asumir que las mujeres podemos ejercer un liderazgo sumamente eficaz y aportar muchas cosas a aquellas empresas y aquellos situaciones, en las que tenemos que tomar decisiones de importancia.
Se habla muchas veces del estilo de liderazgo masculino y del estilo del liderazgo femenino, siendo que lo mejor que puede hacer un hombre y una mujer es incluir aquellas virtudes en el liderazgo masculino con las del femenino y así crear una mezcla, mucho más compacta y mucho más eficaz del liderazgo, pero bien muchas de nosotras, muchas mujeres lo que nos ocurre es que no creemos en ese poder interior que tenemos las mujeres, al igual que los hombres para dirigir y para crear y para influir y por eso en ocasiones, nos marcamos objetivos mediocres y nos quedamos en esa etapa en esa esfera de lo que es el liderazgo de la mediocridad.
Muchas mujeres que se han arriesgado, que han innovado, que han asumido riesgos e incluso han aceptado la equivocación, han aceptado los errores y han asumido la responsabilidad, en muchas ocasiones los hombres no tienen que afrontar en primer lugar, uno de los mayores obstáculos que tienen las mujeres en su liderazgo, somos nosotras mismas, a veces nos sentimos inseguras a veces dudamos de nuestra capacidad de dirigir y de nuestra capacidad para asumir el poder.
El estilo de liderazgo de las mujeres tiende a ser un estilo de liderazgo que se basa en gran medida en la empatía, las mujeres tenemos la capacidad de comprender qué es lo que les pasa a otras personas y por lo tanto, reaccionar a esas necesidades.
En este sentido, Isabel Cuadrado (2003) muestra que colaboradores en las empresas prefieren trabajar con una mujer a la hora de tener que conciliar el trabajo familiar, porque mujer habitualmente es la que tiene que ir a buscar al niño a la guardería, a la que tiene que llevarle al médico… por lo tanto es más capaz de comprender cuando otras personas también tienen esas necesidades, no quiere decir que esas personas vayan a trabajar menos, que vayan a trabajar peor sino que van a tener mayor flexibilidad y van a sentirse más comprendidos y esto a la vez también les lleva a estar más interesados en después devolver el pequeño favor que les ha hecho la empresa e ir más allá de las de las expectativas que se pudiesen tener.
En cualquier caso el punto de vista de las mujeres en las empresas es muy necesario, porque nosotros tenemos una preferencia y unos estilos distintos, a la hora de productos, a la hora de servicios … por lo tanto ahí tenemos un gran una gran área donde las mujeres aportan, por otra parte, las mujeres aportan a las empresas y diríamos humanidad, cuando las empresas tienen hombres y mujeres en las que están trabajando, son empresas más humanas, muchas veces empresas también más flexibles y por lo tanto que dan un mejor servicio y un mejor producto en la familia.
Sin embargo no deja de ser imprescindible aprender las competencias de liderazgo que son críticas y estas competencias críticas son, por una parte la visión a largo plazo, la resolución de conflictos es una competencia crítica en las empresas una competencia crítica de liderazgo que se aprende y se desarrolla históricamente las empresas antes han favorecido el desarrollo de las mujeres porque han favorecido esa flexibilidad para que pudiesen tener un rol, quizás no teniendo un rol formal pero si tienen un rol decisivo y crítico para el desarrollo de esas empresas, siendo que muchas empresas familiares son heredadas por mujeres y que muchas veces en esa en esa etapa esas empresas familiares están despegando y están pasando a unas fases de mayor crecimiento.
El liderazgo femenino una palabra que está muy de moda y es algo más que interesante, cómo se construye de forma diferente, es complicado porque hasta hace poco tiempo, el liderazgo casi por definición era masculino y a partir de un momento en el que las mujeres empiezan a tener acceso al ámbito laboral, empiezan a aparecer líderes que estaban enmascaradas.
Siempre ha habido líderes femeninas, obviamente pero no tenían la oportunidad de manifestar su liderazgo, entonces el problema con el que se encuentran, o nos encontramos, es que no hay modelos previos de liderazgo femenino con análisis pormenorizados, los hay masculinos, a los que imitar, entonces es algo más complicado que la construcción del liderazgo masculino, de hecho las primeras investigaciones que hubo sobre los tipos de liderazgo provienen de un psicólogo social que en los años 30, en plena guerra mundial, realizó un estudio sobre el ejército y sobre dictadores.
Sin embargo ya en esa época se descubrió algo curioso, como hemos aprendido en esta asignatura, que el liderazgo autocrático se llamaba el del típico masculino, de la fuerza y el poder que era efectivo a corto plazo, es decir mientras estaba el líder estaba ejerciendo el poder directamente de forma presencial, sin embargo se detectó un tipo de liderazgo que se llamaba democrático en el que se tenía en cuenta un poco más a las personas y este tipo de liderazgo ya entonces, ya se veía como más eficaz sin embargo por lo que decía solían hacer el típico el liderazgo masculino, en la fuerza, al control ha ido imperando desde entonces pero afortunadamente, entre todos y todas estamos favoreciendo que se produzca un cambio, no obstante todavía vemos a muchas mujeres intentando copiar ese liderazgo masculino, porque la base para que una mujer pueda ejercer el liderazgo es completamente diferente, la base de la que arranca una mujer es el empoderamiento personal.
Primero se tiene que empoderar, se tiene que sentirse como líder para poder ejercer ese rol y eso no es nada fácil y no es nada sencillo, sobre todo en un mundo donde el liderazgo está muy masculinizado y hay una tradición y una historia, sobre todo en la empresa familiar, en la que todo el mundo está habituado a responder al perfil de líder, entonces cambiar esto complejo.
Esto me lleva a hablar de los paradigmas mentales, creencias y estereotipos de roles de género en los que se piensa, puesto que el hombre es el que tiene que ejercer el poder y la mujer está más en esa parte social de cuidado de las personas y claro, como el liderazgo no se ha entendido hasta ahora como el cuidado de las personas, sino orientado a la tarea a los resultados y las personas pues, se consideraba secundario siendo que de ahí viene parte del techo de cristal.
Al ver a la mujer como como capaz o un líder, porque claro orientada a la tarea la mujer nos parece que es raro que se le ve más orientada a las personas, efectivamente trato aquí en esta parte del Hito 3, un aspecto muy clave, ese papel que hemos tenido las mujeres en la historia, como las grandes cuidadoras y seguimos siéndolo las grandes cuidadoras, estamos ahora rompiendo también ese rol que se nos ha sido asignado, pero sí que hemos sido las grandes cuidadoras de nuestros hijos e hijas de nuestros mayores y que eso continué lo seguimos viendo en la sociedad, especialmente en esta gran pandemia que es el Coronavirus, ya que tenemos una clara perspectiva de cuidado, así más las mujeres se nos educa todavía para hacer eso y como se nos educa para hacer eso y aprendemos de modelos, claro eso es lo que reproducimos,
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Es mucho más fácil seguir lo que tú has aprendido por tu bagaje y en tu infancia, que romper ese molde y decir voy a hacer otra cosa y voy a mandar desde una perspectiva femenina, porque además efectivamente, tenemos muy disociado el liderazgo masculino y femenino y seguimos pensando que jefe es algo malo que manda y jefa cuando no manda, desconfiamos, es muy curioso porque es verdad que es un modelo mucho más positivo, pero que genera muchísima desconfianza inicialmente hasta que la gente de alrededor se da cuenta de que efectivamente eso va a ser así, es una persona que no tiene por qué estar cinco peldaños por encima tuyo y que te tiene en cuenta como persona y que además integra tus necesidades dentro del ámbito laboral y es difícil que se romper ese esquema mental, el que tenemos de jefe malo manda y me va a arruinar la vida.
Respecto al techo de cristal, esta en el día a día y eso es una realidad, pues el poder está todavía copado los hombres y son ellos os que nombran sucesores o los cargos ejecutivos, pues parece como que nos resistimos todavía a elegir a las mujeres en esos cargos directivos, entonces podríamos considerar que es un tema de educación, nos educan para eso hay que cambiar la educación para tener claro que las mujeres pueden dirigir igual o mejor que un hombre.
Liderazgo no solo es un rol, sino que también es un equilibrio, entre orientación a la tarea, resultado y orientación a las personas, y a las mujeres por el rol de género también por educación falta esa parte de ejercer el poder empoderar.
Ahora bien, tampoco muchas mujeres no se ven con la con el poder interno de ejercerlo por un tema de roles educacionales, por ello necesitamos como sociedad romper estereotipos, ampliar e integrar, es decir la mujer tiene esa parte de cuidado pero también tiene la de poder y el hombre tiene la parte además de control y de fuerza pero también tiene la parte de orientación al cuidado de las personas y no hay nada como el trabajo en equipo, que talentos, habilidades, competencias se pongan al servicio de las organización sin importar el género es fundamental para que ambos roles se aprendan correctamente.
Otro tema que creo que es muy importantes, es el del asociacionismo femenino, sobre todo de las mujeres profesionales, dado que a lo largo de la carrera profesional solemos hacer menos relaciones de valor, dado que, la disponibilidad horaria e incluso el poder acudir a eventos después de la jornada de trabajo se limitan cuando la mujer decide ser madre, por ello es importante seguir cuidado las relaciones de valor y construir relaciones nuevas.
Así mismo, trabajar la difusión de mujeres lideres, ayudará a otras a inspirarse, a pensar que si se puede y a generar estilos de liderazgo, copiarlos o aprender de ellos, disponiendo de referente con las que poder empatizar, de forma personal y profesional, dado que aun hoy casi toda la literatura de modelos de liderazgo, personas con gran éxito en el mundo de los negocios, son masculinos, por ello el empoderamiento de la mujer sigue siendo un tema a seguir trabajando desde las empresas, como sociedad y desde luego a nivel individual.
Para concluir, actualmente el sistema económico, político y social está conformado por hombres y articulado por ellos, todavía existen países donde se prohíbe que las mujeres sean titulares de tierras, de acciones y otros activos de capital, incluso en los países en los que éstos se permiten son más hombres los que poseen estos bienes.
La economía diseñada por y para los hombres se sostiene el invisibilizar mecanismos que hacen que la economía del día a día opere, gracias a todo el trabajo no remunerado que hacen las mujeres, como el del cuidado y lo cierto es que no solo necesitamos nuevos tipos de liderazgo, el liderazgo femenino como modelo, pero sobre todo la relación que el sistema tiene con el poder, los parámetros para atender las crisis serán más efectivos en la medida en la que exista una mayor pluralidad de voces, este es uno de los mayores retos que enfrentamos como sociedad y estamos en un momento histórico que no podemos dejar pasar, el de integrar el liderazgo de las mujeres en la sociedad a todos los niveles de forma efectiva, formal e inclusiva.
Taiwán, Nueva Zelanda, Noruega, Dinamarca y Finlandia son ejemplos de países liderados por mujeres, que han manejado con éxito la crisis por la pandemia, pues parece que actuaron rápidamente, escucharon a la comunidad científica, apelaron a la sensibilidad de la población y en momentos inciertos, transmitieron seguridad.
No quiere decir que no haya hombres que no estén haciendo un buen trabajo, solo que a los países donde lideran mujeres les ha ido menos mal en términos económicos, así pues las líderes de hoy sin duda dejan buenas preguntas sobre el rol del liderazgo político social y ambiental, el que queremos para el futuro, sin embargo esta crisis ha impactado de forma particular la vida de las mujeres, no se trata del número de muertes porque ha sido menor, se trata de la violencia doméstica de una sobrecarga en los trabajos del hogar y de las expectativas de pobreza, las desigualdades son un mal histórico que cuentan los datos.
Ahora bien, no deja de ser imprescindible aprender las competencias de liderazgo que son críticas y estas competencias críticas son, por una parte la visión a largo plazo, la resolución de conflictos es una competencia crítica en las empresas una competencia crítica de liderazgo que se aprende y se desarrolla históricamente las empresas antes han favorecido el desarrollo de las mujeres porque han favorecido esa flexibilidad para que pudiesen tener un rol, quizás no teniendo un rol formal pero si tienen un rol decisivo y crítico para el desarrollo de esas empresas, siendo que muchas empresas familiares son heredadas por mujeres y que muchas veces en esa en esa etapa esas empresas familiares están despegando y están pasando a unas fases de mayor crecimiento, pero hemos de seguir trabajando como sociedad y es que somos muchas personas, las y los que creemos que los grandes cambios y las transformaciones en nuestro crecimiento personal, vienen de cosas de fuera, es decir por eso nos apuntamos a cursos donde aprendemos técnicas de hablar en público, técnicas también para tener carisma, obtener influencia nos olvidamos claramente que a veces el trabajo tiene que ser interior y viene de dentro hacia afuera, nada ejemplifica esto más que el liderazgo femenino, porque muchas veces hemos tenido que romper grandes paradigmas que constituyen muchas creencias, para asumir que las mujeres podemos ejercer un liderazgo sumamente eficaz y aportar muchas cosas a aquellas empresas y aquellos situaciones, en las que tenemos que tomar decisiones de importancia.
BIBLIOGRAFÍA:
Cuadrado, Isabel (2003) ¿Emplean hombres y mujeres diferentes estilos de liderazgo? Análisis de la influencia de los estilos de liderazgo en el
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