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Marna Rest

Marketing gastronómico

Una nueva tentación en el corazón de Galicia

Si hay lugares que se disfrutan con los cinco sentidos, Marna es uno de ellos. Un restaurante en el corazón de Pontevedra donde cada detalle importa: la calma que se respira al cruzar la puerta, el vino servido con mimo, los platos que se rematan en la mesa y un equipo que hace sentir al cliente justo donde quiere estar.

Cuando Marna llegó a Hydra, no necesitábamos inventar nada: la esencia ya estaba ahí, solo había que encontrar cómo contarla sin distorsionarla.

Objetivo: una marca con alma (y con sabor)

Desde el primer encuentro con Ismael, propietario y sumiller, teníamos claro que Marna no es un restaurante más. Lo que buscaban no era únicamente presencia digital, sino una narrativa coherente con su identidad: cercana, sutil, cálida… y nada pretenciosa.

Nuestra misión fue clara: acompañarles en el camino de construir una marca digital que estuviera a la altura de la experiencia física. Eso implicaba cuidar el tono, mimar el diseño y traducir emociones en contenido. Y, sobre todo, huir de los clichés que tanto abundan en la comunicación gastronómica.

De la estrategia a la mesa: una experiencia completa

El primer paso fue definir una tonalidad propia, basada en una comunicación honesta, natural y con personalidad. En redes sociales, cada publicación tenía que parecer una conversación, no un anuncio. Optamos por copys que hablan de tú a tú, que invitan a detenerse, a observar, a vivir. Nos alejamos de la poesía impostada y de los tecnicismos vacíos. Si un plato entra por los ojos, nosotros queríamos que también lo hiciera por las palabras.

Trabajamos diferentes formatos audiovisuales:

  • Reels donde los platos se preparan con calma y se sirven a cámara lenta.

  • Vídeos que capturan los silencios antes del primer bocado.

  • Stories que muestran el local sin filtro, mientras se prepara para recibir a los comensales.

Resultados: más que un restaurante, una marca que se siente

Marna no es un restaurante de paso. Es un lugar al que se vuelve. Y eso, en comunicación, también se nota. La comunidad ha crecido de forma orgánica, el engagement en redes ha aumentado y, lo más importante: cada vez más personas llegan a Marna sabiendo lo que van a vivir, porque lo han sentido antes en sus pantallas. Trabajar con Ismael y su equipo ha sido un viaje compartido, de aprendizaje mutuo, de complicidad creativa y de muchas risas en el proceso.

Porque cuando confías, el trabajo fluye.
Y cuando el cliente sabe quién es, lo demás… se disfruta.